La avenida Ámsterdam nos regala un delicioso ambiente abierto, con bajos riesgos, para hacer una gran caminata dentro de la Ciudad de México y disfrutar del paisaje Art Deco que engalana a la colonia Hipódromo Condesa.

El nombre de Hipódromo Condesa responde a dos momentos de la historia mexicana: el primero, corresponde al siglo XVIII, donde Catalina Dávalos y Orozco, Condesa de Miravalle, era dueña de esa gran superficie, y construyó la hacienda que llevaba el nombre de la Condesa de Tacubaya. Posteriormente, en 1910, el terreno se transformó en un hipódromo y, ese mismo año, fue inaugurado con una gran carrera a la que asistieron políticos, diplomáticos y hombres de negocios.

Con la revolución, el hipódromo cerró sus puertas y volvió abrirlas hasta 1921, bajo la administración del Jockey Club.

La vida de diversión y jubilo duró tres años, después el hipódromo cerró sus puertas y se inició el proceso de Urbanización de fraccionamientos de la colonia, la cual empezó habitarse en 1927.

La avenida Ámsterdam tiene su forma elíptica debido a que ocupa los carriles en los que se realizaban las competencias de caballos. En el proceso de urbanización, fue adornada con áreas verdes y con arquitectura para el descanso de los visitantes, misma que aún te recibe para descansar mientras haces el majestuoso recorrido.

Si quieres visitar la avenida Ámsterdam y la colonia Hipódromo Condesa, puedes llegar por metrobús, en un tramo de alrededor de 4 estaciones, que inician en el metro Chilpancingo y culminan en el inicio de la avenida San Luis. También, tienes el metro Chilpancingo o si prefieres dar unos pasos más, está la opción del metro Insurgentes, desde donde podrás recorres la colonia Roma Norte e Hipódromo Condesa.

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