Esta semana de julio de 2020 se presentará un fenómeno que podrá verse desde la Ciudad de México aprovechando que no hay tanta contaminación por el confinamiento en el que aún nos encontramos.
Entre el 22 y el 23 de julio, el cometa Neowise alcanzará el punto de su órbita más cercano a la Tierra, regalando el mejor momento para localizarlo en el firmamento. Por su posición geográfica, México será uno de los países afortunados que podrá disfrutar de este fenómeno, y en especial la capital del país, será un lugar ideal para avistarlo.
Si bien es cierto que se ve mejor en lugares en completa obscuridad, los capitalinos podrán ver la trayectoria de este extraordinario cometa a simple vista si se observa hacia el horizonte noroeste.
El Instituto de Astronomía de la UNAM, recomienda observarlo al atardecer, justo con la caída del sol. En la capital del país esto ocurre alrededor de las 20:00 horas.
Solo tendremos del lunes 20 al jueves 23 de julio para avistarlo y este cometa no regresará nuevamente hasta el año 8766, cuando este cuerpo celeste se acercará a la tierra nuevamente.
“El cometa tarda unos 6,800 años en dar una vuelta alrededor de su órbita larga y estirada, por lo que no volverá a visitar el sistema solar interior hasta dentro de muchos miles de años. La buena noticia es que en este momento, el cometa es relativamente fácil de observar con prismáticos o un pequeño telescopio, siempre que tenga una visión clara del horizonte”, informó en un comunicado la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A la hora de elegir una ubicación, es importante evitar obstáculos e infraestructuras que dificulten la visión hacia el horizonte noroeste. Aunque no es necesario contar con equipo técnico para divisar a Neowise en el firmamento, utilizar binoculares ayudará a captar su larga cola de escombros. Para aquellos que no cuenten con un equipo profesional o técnico, otra opción es utilizar una buena cámara.
Si aún siguiendo todas las indicaciones no logras ver al cometa, no desistas. Recuerda que el día 23 alcanzará el punto de su órbita más cercano a la Tierra, pasando a una distancia inofensiva de 103 millones de kilómetros y favoreciendo su avistamiento. Además, al coincidir con luna creciente, la luz del satélite no será muy intensa, siendo este un favor que también beneficiará la observación.
Si no pierde su brillo, se espera que sea visible hasta principios de agosto, y cada vez aparecerá más alto en cielo.