La Ciudad de México nunca deja de sorprendernos y seguro tú estarás de acuerdo conmigo, porque aquí encontramos maravillas arqueológicas, históricas, culturales, y de otra índole que marcan el desarrollo de la sociedad; pero también majestuosos recintos naturales qué no das crédito que existan en una de las ciudades más grandes del mundo, como lo es nuestra gran capital.

Un ejemplo de las joyas naturales que nos ofrece nuestra demarcación es el volcán Xitle ubicado en las faldas del Ajusco, dentro de la alcaldía Tlalpan. Su origen data de la época prehispánica y su presencia va muy ligada al desarrollo cultural de la histórica ciudad de Cuicuilco, cuya piedra volcánica procede de la erupción de dicho cráter.
¡Imagínate que hasta hace poco se llevaban a cabo rituales en su cráter!; un ejemplo de esa actividad cultural ancestral es la llamada fiesta de Santa Cruz, que se celebraba el día 3 de mayo en los alrededores del volcán, hasta hace unos años.

Algunas personas originarias del Ajusco cuentan que asistieron a las misas que se llegaban a efectuar en la cima del cráter para dar gracias por el agua de los manantiales y pedir que nunca se sequen.

Si tú quieres conocer esta maravilla natural puedes acercarte a las faldas del Ajusco, por la entrada de San Andrés Totoltepec y caminar hacia el kilómetro 12.5.

Esta es una gran oportunidad para hacer un recorrido en familia y disfrutar del ambiente abierto y natural que nos ofrece el volcán, un sitio idóneo para disfrutar tus primeras salidas ahora que se han levantado algunas medidas de restricción por la pandemia. ¡Vete al bosque y cuéntanos cuál es tu experiencia!.

 

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