Seguramente alguna vez al pasar por Avenida Chapultepec a altura del metro Sevilla, ha llamado tu atención una veintena de arcos hoy convertidos en fuente; pero, ¿te has preguntado qué hacen ahí? ¿a qué construcción pertenecen?
Pues bien, el pasar de los automóviles a veces resta importancia a aquel cúmulo de mampostería y ladrillo que guarda una parte fundamental de nuestra historia.
Estos arcos son el recuerdo de la gran obra que albergaron; una obra que ayudó a llevar agua al entonces sur de la ciudad: el antiguo acueducto de Chapultepec.
Hace algunos siglos, la forma de abastecer de agua dulce a los habitantes de la ciudad, era a través de fuentes públicas con líquido traído de otros lugares del Valle.
Uno de los principales conductos, fue aquel que partía de los hoy conocidos “Baños de Moctezuma” en Chapultepec, donde se recolectaba el agua de los manantiales y el cual finalizaba hasta donde hoy se encuentra la fuente Salto del Agua, en la esquina San Juan de Letrán y Arcos de Belén.
Desde su fundación, en 1325, la Ciudad de México no contaba con manantiales o pozos de agua dentro de su perímetro, por lo que el agua tenía que traerse de otros lugares del valle como Santa Fe y Chapultepec, para desembocar en fuentes públicas que abastecían de agua dulce a los habitantes de la ciudad.
Así como las ciudades de Querétaro y Morelia cuentan con grandes acueductos, la Ciudad de México no fue la excepción, el de Chapultepec fue construido en el siglo XVIII, inició su construcción el virrey Agustín de Ahumada, II marqués de las Amarillas, y fue concluido por el virrey Antonio María de Bucareli. Medía 3 mil 907 metros, construidos de piedra y ladrillo, estaba conformado por 904 arcos y corría desde las “Albercas de Chapultepec”, continuaba hasta la garita de Chapultepec donde se localizaba una primer fuente, y seguía hasta la Fuente de Salto del Agua, en la zona de San Juan de Letrán y San Pablo, esto con la finalidad de abastecer de agua a la zona sur de la gran ciudad, lo que hoy es apenas el sur de la colonia Centro y la colonia Doctores.
Agua para el sur de la ciudad
No solo el acueducto de Chapultepec, (o de Belén como también se le conocía), iniciaba en las ya mencionadas “albercas de Chapultepec”, de igual forma lo hacía el acueducto Tlaxpana, diferenciándose porque éste último se abastecía de la “alberca” grande y el de Belén lo hacía de la chica, también conocida como “Baños de Moctezuma”, aunque en realidad no eran los baños de aquel tlatoani.
Estas “albercas” recolectaban el agua de los manantiales que surgían del cerro, pues no había otro modo de surtir el líquido a la Ciudad de México. Según investigaciones arqueológicas, este sistema de recolección y abastecimiento de agua sirvió desde tiempos prehispánicos y siguieron funcionando hasta la época porfiriana.
Hoy, sólo nos queda un pequeño vestigio de la magnificencia de su historia.
Dejó de funcionar en el siglo XIX con la modernización de redes y fue derrumbado en su mayoría por mandato de Porfirio Díaz en 1896.
En la década de 1960 se construyó debajo de este trazado, parte de la línea 1 del metro, tomando como ícono de la estación Sevilla estos históricos arcos por su cercanía.
Como dato curioso, la fuente ubicada a unos pasos del actual paradero del metro Chapultepec formaba parte de este acueducto y es considerada la más antigua de la Ciudad de México.
La fuente ubicada en Salto del Agua formaba parte de esta construcción, sólo que es sólo una réplica, pues la original fue resguardada en el Museo del Virreinato en Tepotzotlán, Estado de México.
Ahora ya lo sabes, no sólo es una construcción olvidada, es un vestigio de nuestro México que se fue y jamás volverán.
Si quieren ver la fuente original que lamentablemente está muy erosionada, puedes visitar el ex convento de Tepotzotlán, en el jardín trasero, casi nadie lo visita, hay una barda del lado izquierdo, a la vuelta allí está la fuente, no está a simple vista, por ello muchas personas no saben que está allí.
Ahora que sabes más sobre los arcos de Sevilla no olvides seguir cuidando el agua, pues sigue siendo igual de difícil traer el vital líquido a la Ciudad, cada vez es más costoso.
Información de Alf Mermad