En los cincuenta, mientras Iztapalapa crecía al pie del cerro, los habitantes encontraban “muñequitos” de barro o utensilios tallados en piedra. Los nuevos residentes de la zona no les tomaban mucha importancia y, en lugar de guardarlas en casa, las depositaban en unas casitas conocidas como “palapas”. Estas modestas construcciones en el Cerro de la Estrella fueron el antecedente del museo.
Casi todo el acervo fue recolectado por los habitantes de las faldas del cerro, por lo tanto, es el único museo de arqueología mexica hecho por la sociedad.
Con el propósito de resguardar los vestigios y piezas arqueológicas, entre 1997 y 1998 en la ladera norte del Huizachtépetl, se construyó el Museo del Fuego Nuevo en forma de pirámide, obra del arquitecto David Peña. Contiene placas con la leyenda de los cinco soles, reproducciones del antiguo calendario de códices y mapas que datan de 1580, así como también maquetas de la antigua región de los lagos y de la ceremonia del Fuego Nuevo. El diseño arquitectónico permite al usuario ascender a la cima de la pirámide a través de las escalinatas laterales y recorrer por sus pasillos escalonados dando un círculo perimetral entorno al edificio.
En este museo, como parte de la conservación de lo prehispánico, se realiza la celebración del Fuego Nuevo, la cual es una de las grandes festividades en Iztapalapa desde que la región se desarrolló en el Preclásico. La celebración se rige por la creencia de que al final del último día de cada siglo, el sol desaparecería para siempre. En ese momento se apagaban todos los fuegos, y los sacerdotes observaban cuidadosamente los cielos para sacrificar una víctima, mientras se encendía el Nuevo Fuego.
Visita el museo de martes a domingo de 9:00 a 17:00 hrs.
Dirección: Carretera Escénica al cerro de la estrella Km 2 S/N Ampliación Veracruzana, Parque Nacional Cerro de la Estrella.