Río Mixcoac, Río de los Remedios, Viaducto Piedad, La Viga y muchas avenidas más son algunos ejemplos de la presencia, no tan lejana, de ríos y canales en la Ciudad de México.
¿Te imaginas un barco de vapor llegando hasta el zócalo de la gran capital?, pues eso aún sucedía hasta 1920, y era a través del canal de La Viga, hasta su base en lo que ahora es la parte posterior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Como sabes, antes de que llegaran los conquistadores españoles, México-Tenochtitlan era una ciudad esplendorosa, asentada en un valle cerrado con cinco lagos. En ese entonces, la población era de 500 mil personas quienes vivían en total armonía con sus canales de agua que usaban como medio de transportación y suministro para sus cultivos. Lamentablemente, los invasores españoles destruyeron el equilibrio hidrológico y no supieron recuperarlo. El agua de los lagos comenzó a evaporarse y salarse, y la masa acuática fue desapareciendo.
Posteriormente, la explosión demográfica del último siglo aceleró el desagüe y secamiento de los ríos y canales. Tan sólo en 5 décadas la población capitalina pasó de 3 a 20 millones. Los ríos y canales se fueron entubando y otros tantos se convirtieron en basureros y extensiones de tierra cuarteada.
Muchos de estos ríos y canales fueron convertidos en calles, ejes viales y avenidas de gran afluencia como lo es el viaducto Río de la Piedad, ¿conoces alguno?.
Para fortuna, todavía hoy en día quedan algunas huellas de aquellos ríos y canales y las encontramos en algunos árboles, como el sauce llorón y otras especies que alimentan sus raíces con los pocos yacimientos que aún les quedan en las profundidades. Ahora que circules por la gran ciudad pon atención a sus árboles e indaga sobre el posible río o lago que esconde.