Sin lugar a dudas, el año 1968 fue un año muy significativo para el deporte mexicano. Por un lado, fuimos sede del Mundial de Fútbol y, por otro, de los Juegos Olímpicos. Desde luego que no se puede olvidar lo trágico de los sucesos contra estudiantes y la matanza de Tlatelolco. Sin embargo, el deporte mexicano ocupó un lugar importante en la esfera internacional durante ese año.
Precisamente, para cubrir con las exigencias de esos eventos, fue necesario construir una alberca olímpica que diera cabida a todas las actividades acuáticas requeridas para los juegos olímpicos. Fue así como se diseño y construyó la que aún es la más significativa, la Alberca Olímpica Francisco Márquez y el gimnasio olímpico Juan de la Barrera.
Fue el 13 de septiembre de 1968, cuando el presidente Gustavo Díaz Ordaz inauguró estas instalaciones construidas por los arquitectos Manuel Rossen Morrison y Edmundo Bringas. Su primer evento fueron los Juegos Olímpicos de 1968 dónde, el 22 de octubre, Felipe El Tibio Muñoz ganó la medalla de oro en la competencia de 200 en estilo pecho.
Posteriormente en el año 1975, la alberca fue sede de los Juegos Panamericanos; en el 79 de la Universidad; y en 1990 de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Al cumplir sus 40 años de servicio, la alberca olímpica entró en un proceso de remodelación profunda, el cual concluyó en el año 2009 cuando fue reabierta.
Desde siempre la alberca prepara deportistas en 20 disciplinas, de las cuales se han obtenido representantes que dignifican su misión. Para visitar la Alberca Olímpica puedes venir al metro División del Norte y tomar un transporte público que te dejara en la esquina.